¿EXISTE TRATAMIENTO ALTERNATIVO PARA LA INTOLERANCIA A LA LACTOSA?
Como ya sabemos, la intolerancia a la lactosa es algo que viene sucediendo durante los últimos años y que cada vez tiene una mayor prevalencia. Es una afección gastrointestinal que se debe a la incapacidad de absorber la lactosa de la dieta y puede darse tanto de manera primaria (después del destete se produce un declive gradual programado genéticamente en la expresión de lactasa) como de forma secundaria a otras enfermedades. Es importante señalar que un 70% de la población mundial sufre esta intolerancia. (1) (Pawlowska, Umlawska, & Iwańczak, n.d.)
Esta afección, generalmente, se trata con la eliminación de los productos que contienen lactosa de nuestra dieta habitual. Así, debemos excluir los lácteos y sus derivados, y aquellas preparaciones que los contengan como ingrediente. También es cierto que no es una patología que pueda llegar a causar la muerte si se consumen estos alimentos, sino que el tratamiento se basa en la exclusión de estos alimentos puesto que es la única forma, hasta el momento, de que cesen las molestias gastrointestinales (diarreas, dolor y distensión abdominal, etc)
Pero, ¿sólo se puede tratar de esta forma? Para aquellos amantes de los lácteos les gustará saber que ya comienzan a utilizarse tratamientos alternativos para disminuir los síntomas de la intolerancia a la lactosa, sin necesidad de eliminar los alimentos que contengan este disacárido.
Uno de estos tratamientos es la administración oral de lactasa exógena en forma de píldoras, lo que aumentaría la concentración de lactasa en el intestino y, por consiguiente, la digestión normal de la lactosa. En un estudio para evaluar su eficacia demostraron que sí es un tratamiento eficaz y seguro, que mejora la sintomatología común de estos pacientes cuando consumen lácteos o sus derivados. (2) (Francesconi et al., 2016)
También comienza a utilizarse un nuevo galactooligosacárido de cadena corta (RP-G28) como tratamiento alternativo, y se ha demostrado que su utilización mejora notablemente los síntomas durante el tratamiento y tras 30 días del cese del mismo (3) (Savaiano et al., 2013). Esto ocurre puesto que este compuesto modifica el metabolismo bacteriano del colon y, por consiguiente, mejora la digestión de la lactosa. Este "medicamento" viene en forma líquida en una botellita, y solo debes añadir un poco de agua para diluirlo y tomarlo.
El otro tratamiento que puede ser muy llamativo es la utilización de A2 β-galactosidasa. Normalmente la leche contiene tanto A1 como A2 β-galactosidasa, y se está comenzando a demostrar que es el primer compuesto el que produce una inflamación intestinal y síntomas gastrointestinales exacerbados. Así, el consumo de leche "no convencional" la cual solo contenga A2 β-galactosidasa mejora los síntomas gastrointestinales de la intolerancias, e incluso los elimina. (4) (He, Sun, Jiang, & Yang, 2017)
Como reflexión, si, como decimos anteriormente, estamos programados genéticamente para que se produzca una disminución de la expresión de la lactasa, es posible que no estemos preparados para consumir alimentos ricos en lactosa. La población general suele consumir este tipo de alimentos por el simple hecho de que se asocia, por ejemplo, a que es el "único" alimento con el que podemos cubrir las necesidades de calcio. Pero esto no es así, ya que el aporte de calcio puede conseguirse también con alimentos vegetales como las verduras de hoja verde, los frutos secos, algunas frutas y la soja. Es cierto que en algunos de ellos se absorbe poca cantidad, pero si se siguiese una dieta más vegetariana, sin tanto aporte de proteínas de origen animal, se cree que las necesidades de este nutriente disminuirían, por lo que con los alimentos nombrados anteriormente podrían cubrir los requerimientos diarios sin problemas. También es importante mencionar que cada vez existen en el mercado más alimentos fortificados en ciertos nutrientes, y sobretodo en calcio, por lo que sería aun más fácil conseguir las necesidades de la población.
Autora: Anunciación García Carrillo.
REFERENCIAS
1. Pawłowska K, Umławska W, Iwańczak B.
Prevalence of Lactose Malabsorption and Lactose Intolerance in Pediatric
Patients with Selected Gastrointestinal Diseases. [cited 2018 Dec 3]; Available
from: http://www.advances.umed.wroc.pl/pdf/2015/24/5/863.pdf
2. Francesconi CF de M, Machado MB,
Steinwurz F, Nones RB, Quilici FA, Catapani WR, et al. Administração oral de
lactase exógena em comprimidos em pacientes portadores de intolerancia á
lactose devido á hipolactasia primária. Arq Gastroenterol. 2016;
3. Savaiano DA, Ritter AJ, Klaenhammer TR,
James GM, Longcore AT, Chandler JR, et al. Improving lactose digestion and
symptoms of lactose intolerance with a novel galacto-oligosaccharide (RP-G28):
a randomized, double-blind clinical trial. Nutr J [Internet]. 2013 Dec 13
[cited 2018 Dec 1];12:160. Available from:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24330605
4. He
M, Sun J, Jiang ZQ, Yang YX. Effects of cow’s milk beta-casein variants on
symptoms of milk intolerance in Chinese adults: a multicentre, randomised
controlled study. Nutr J [Internet]. 2017 Oct 25 [cited 2018 Dec 1];16(1):72.
Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29070042
Me parece un artículo interesante por las alternativas propuestas, desconocidas para mí, para aquellas personas que padezcan intolerancia a la lactosa.
ResponderEliminarUn punto interesante que trata, es como variedad de alimentos nos pueden aportar las mismas vitaminas, nutrientes... Qué otros y, no somos conscientes de ello, un ejemplo es, como los frutos secos te pueden aportar calcio, y siempre pensamos en fuente de calcio todos aquellos relacionados con la lactosa.
Por todo ello muy buen artículo
Muy interesante el artículo teniendo en cuenta que hay una gran población con intolerancia a la lactosa y tener alternativas con otros alimentos que pueda suplir esas necesidades de calcio y otros nutrientes es una información a tener en cuenta
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