¿COMO EVITAR LA ANEMIA EN EL EMBARAZO? ¿LA SUPLEMENTACIÓN ES SIEMPRE ADECUADA?
El embarazo lleva consigo una gran cantidad de
cambios en el organismo de la mujer, con el fin de que el nuevo individuo se
desarrolle adecuadamente y nazca sano. Estos cambios suponen un aumento de los
requerimientos de diversos nutrientes, vitaminas o minerales, para satisfacer
las necesidades de madre e hijo, sobre todo en edades de entre 13 y 30 años (Mahan L).
Uno de los cambios más destacados se produce en
la sangre, en la que aumenta el plasma sanguíneo, encontrándose así los
glóbulos rojos y la hemoglobina más diluidos. De esta manera, los requerimientos
en hierro aumentan, con el fin de producir la hemoglobina suficiente para que
haya un buen reparto de oxígeno en ambos individuos y evitar la aparición de
anemia en la madre (niveles de hemoglobina por debajo de 10 g/dl).
La Amenia produce efectos perjudiciales, tanto en
la madre (cansancio, irritabilidad, fatiga …) como en el feto, cuyos efectos
pueden provocar mayor riesgo de enfermedades, problemas en el crecimiento y en
los casos más graves, la muerte. Las necesidades aumentan en esta etapa desde
1-2,5 mg/día al comienzo hasta 6,5 mg al final del embarazo. Estos
requerimientos no son fáciles de cumplir por parte de muchas embarazadas, por
lo que se suele recurrir a la suplementación, algo que puede ser de gran
utilidad en ciertas situaciones, pero se puede convertir en algo peligroso. ¡Tan
malo es el exceso como el defecto!
Se ha demostrado que niveles de hemoglobina
mayores de 105 g/litro se relacionan con
un mayor riesgo de parto prematuro y de bajo peso al nacer (Taylor DJ), en cuanto a
los efectos adversos del exceso de hierro en la madre, el desarrollo de diabetes
gestacional (Ekmekcioglu C), hipertensión durante el embarazo, acumulación del
hierro en diferentes órganos, lo que puede llevar a un estrés oxidativo de los
mismos y dañarlos, fatiga, pérdida del apetito, debilidad… estos niveles se
superan fácilmente con la suplementación en ciertos casos.
Ésta puede ser justificada en caso de que la
madre presentara bajo peso antes del embarazo (Zhang
GT), en casos de
anemias graves (menos de 7 g/dl) o de alguna otra patología o situación de extremado
riesgo.
Un estudio llevado a cabo en Venezuela observó
que la alimentación en las embarazadas anémicas era baja en carbohidratos,
grasas, tiamina y niacina, su alimentación se basaba en una menor variedad de
alimentos en comparación con las no anémicas, y el consumo de verduras de hoja
verde como brócoli, acelgas, coliflor era menor. También consumían con más
frecuencia bebidas gaseosas, infusiones y café a diferencia de las no anémicas
y más plátanos y yogures. (Hallberg L)
Otro
estudio trasversal demuestra el papel del magnesio como un posible factor
contribuyente a la anemia en el embarazo (Sharif ME). El magnesio suele estar presente en los
mismos alimentos que el hierro, de esta manera el déficit de ambos va de la
mano.
Para
concluir, la solución acerca de la
suplementación en hierro, no es eliminarlos por completo, pero tampoco que se consuman
sin filtro, pueden ser útiles en ciertos casos, pero en embarazadas que no
presentan anemia, que la presentan leve o incluso moderada, es posible y
recomendable que cubran las necesidades de hierro a través de una buena
alimentación, en lugar de recurrir al camino fácil; la pastillita. En cuanto a
los patrones dietéticos, vemos una clara diferencia entre las mujeres anémicas
y las no anémicas, demostrando así la importancia de llevar una correcta alimentación,
en la que además se incluya la toma de alimentos ricos en magnesio.
Como
opinión propia, una embarazada llevando una dieta variada en la que se produzca
un alto consumo de productos como hortalizas de hoja verde, ricos en hierro y
magnesio, huevo, carne de pollo, carnes rojas o hígado una vez por semana,
lácteos dos o tres veces al día, legumbres y pescados dos o tres veces por
semana y a ser posible consumir alimentos ricos en vitamina C para mejorar la
disponibilidad del hierro (como comer una naranja de postre después de un plato
de lentejas), evitar excederse en la toma de café, té y bebidas gaseosas ya que
dificultan la absorción, puede gozar de una buena salud, tanto propia como de
su hijo.
Autora:
Beatriz Molina Llamas
Referencias:
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Health Organization/United Nations University/UNICEF. Iron deficiency anaemia;
assessment, prevention, and control. A guide for programe managers. 2001.p.9-15.
22.Mahan L,
Escott. Nutrición y Dietoterapia de Krause, 9na edición,
México: Mc Graw – Hill; 1998.p. 738- 740.
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Organization. WHO/UNICEF/ONU. Consultation on indicators, and strategies for
iron deficiency and anaemia programer.2001.p. 15.
44.Taylor
DJ, Lind T. Red cell mass
during and after normal pregnancy. Br J Obstet
Gynaecol. 1979 May;86(5):364–370.
55.Horn
E. Iron and folate
supplements during pregnancy: supplementing everyone treats those at risk and
is cost effective. BMJ. 1988
Nov 19;297(6659):1325–1327.
66. Hallberg L. Iron balance in pregnancy and lactation. En:
Fomon SJ, Zlotkin S, editores. Nutritional anemias. Nestlé Nutrition Workshop
Series. New York: Raven Press; 1992; 30.p.13-28.
77.Fondo de
Población de las Naciones Unidas, UNFPA, Agencia Española de Cooperación
Internacional para el Desarrollo (AECID), Fondo de Cooperación para América
Latina y el Caribe 2008-2011. Prevención del Embarazo Adolescente, en Bolivia,
Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. 2010. p 46-48.
Bibliografía:
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- Iqbal. S, Ekmekcioglu.C .Maternal and neonatal outcomes related to iron supplementation or iron status: a summary of meta-analyses. J Matern Fetal Neonatal Med. 2017 Dec 5:1-13.
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Interesante y muy útil para tener en cuenta. A veces no cuestionamos los suplementos alimenticios y quizá no sean del todo necesarios siendo suficiente una modificación de
ResponderEliminarNuestra dieta ....Gracias!!!
Yo seguí una dieta como se recomienda aquí, y sólo en el tercer trimestre (tal vez porque mi actividad física era elevada) necesité aporte extra de hierro, el cual tomaba junto con zumo de naranja natural. Tras el embarazo todo volvió a la normalidad. Muy útil el post. Casi siempre se nos dice a las embarazadas qué no comer, más que lo que realmente sí necesitamos en nuestra dieta en esos meses.
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo, creo que los suplementos no siempre son necesarios a no ser que se padezca una anemia ferropénica crónica que no es suficiente con la alimentación y el aporte de Vitamina C y habría que hacer un seguimiento del embarazo también por hematología
ResponderEliminarMuy útil para las que tenemos muchas dudas en la alimentación. Gracias.
ResponderEliminarMe parece un trabajo extraordinario ya que es un tema importante y delicado, lo tendré mucho en cuenta.
ResponderEliminarMuy buen estudio. Siempre nos saturan de medicamentos. Antes de hacerte una analítica ya te estan recetado las pastillitas y como dices en el artículo puede ser perjudicial. Gracias. Lo llevaré en cuenta en el futuro.
ResponderEliminarYo seguí una dieta como se recomienda ( investigué los alimentos ricos en hierro) y sólo en el tercer trimestre estoy tomando aporte extra de hierro. Muy interesante el post a tener en cuenta.
ResponderEliminarEn casa de mis padres y tíos, siempre oi decir que cuando una mujer estaba en estado era bueno que comiera lentejas e hígado, por lo que le aportaba, también quiero decir que las fresas tienen vitamina C, como las naranjas, pomelos o limones, y pueden ser más apetecibles para la gestante
ResponderEliminarEs muy interesante ya que le puede suceder a muchas personas.
ResponderEliminarEs un tema muy importante e interesante ya que en la mayoría de las embarazadas no se tiene en cuenta el efecto perjudicial del exceso de hierro, y hay serías dificultades de aprendizaje.
ResponderEliminarMe parece muy interesante. La verdad es que la mayoría de las veces estamos desinformada aunque parezca mentira y desde luego no nos alimentamos ni cuidamos como es debido. Muy interesante. Gracias por compartir.
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