Nutrición infantil: Lactancia materna & microbiota
Lactancia materna & microbiota, el tándem esencial para la salud del niño mayor.
Todos tenemos cerca alguna embarazada o mamá que acaba de dar a luz, a la que le hacemos la pregunta obligada “¿Le das el pecho al bebé?”, y es que la lactancia materna es una práctica cada vez más impuesta en la sociedad, debido a la multitud de investigaciones que han demostrado sus beneficios.
Uno de los más recientes, es la asociación entre la lactancia materna, la microbiota y el riesgo de sobrepeso durante la infancia. Se conoce que la lactancia materna es protectora contra el sobrepeso, y la microbiota intestinal puede contribuir a este efecto; en cambio, la alimentación con fórmula parece estimular cambios en la microbiota que están asociados con el sobrepeso.
Esta afirmación se observó en un estudio con 1087 niños (Forbes et al., 2018), en la que los lactantes alimentados exclusivamente con fórmula a los 3 meses tuvieron un mayor riesgo de sobrepeso 33.3% frente a 19.2% de los amamantados.
Según otro estudio en población noruega con 165 niños (Stanislawki et al., 2018), la microbiota intestinal hasta los dos años, muestra una fuerte asociación con el IMC infantil a los 12 años, lo que ofrece información útil para ayudar a identificar a los jóvenes en riesgo de obesidad, facilitando que los esfuerzos de prevención temprana sean más específicos.
En ambos estudio se examinó la microbiota intestinal, encontrándose que la población bacteriana de Bifidobacterium y Bacteroides son mayores en los niños amamantados, debido a que los oligosacáridos de la leche humana funcionan como sustratos selectivos para estos grupos de microorganismos.
Pero además coincide que este tipo de bacterias se encuentran disminuidas en la flora intestinal de niños obesos, por lo que una vez más se relaciona la lactancia materna con el riesgo de sobrepeso/obesidad mediante la microbiota.(Stanislawki et al., 2018)
Otro mecanismo que une la microbiota intestinal y la obesidad, son los metabolitos microbianos (ácidos grasos de cadena corta) influyendo en los niveles y la sensibilidad a la hormona leptina, reguladora del mecanismo hambre-saciedad.(Forbes et al., 2018)
Muchos recién nacidos reciben fórmula en el hospital, a menudo sin indicación médica, cuando no aumentan de peso con la lactancia materna exclusiva. Por tanto es importante comprobar que efecto tiene en el futuro la suplementación con fórmula en los primeros días.
Se ha visto que un 30,9% de los neonatos amamantados exclusivamente, pero que reciben alguna fórmula en el hospital, presentan una menor cantidad de Bifidobacteriaceae y una mayor abundancia relativa de Enterobacteriaceae a los 3 a 4 meses, pero no influyó en el riesgo de sobrepeso. (Forbes et al., 2018)
Sin embargo, la riqueza y diversidad de la microbiota fueron menores, lo que sugiere que incluso una breve exposición a la fórmula puede interrumpir la colonización normal del intestino del lactante.
Otra asociación importante se da entre la lactancia materna, la microbiota y el sistema inmune. La microbiota intestinal juega un papel crucial en la regulación del sistema inmune, con una correlación positiva entre la población de Bifidobacterium y la cantidad de sIgA intestinal.
Entonces… ¿qué pasa si no puedo darle el pecho a mi hijo? ¿Las leches de fórmula no le aportan todos los beneficios?
Vamos a intentar resolver estar dudas…
Por todo lo comentado anteriormente, la lactancia materna debe ser la principal opción de alimentación en el lactante, ahora bien, si no es posible por padecer alguna enfermedad/patología, o estar tomando medicación incompatible con la lactancia, la leche de fórmula es la alternativa, y hay que tener claro que es un alimento completo, seguro y nutricionalmente adecuado para el bebé.
La industria investiga incansablemente para que las formulas infantiles sean lo más parecidas en cuanto a composición a la lecha materna y tengan los beneficios de ésta (aunque es sabido por todos, que no podrán igualarla en su totalidad, entre otras cosas porque no establecen el vínculo materno-filial).
En este sentido, un ensayo clínico con 365 bebés, llevado a cabo en diferentes hospitales de España, (Sierra et al., 2015), demostró que las fórmulas infantiles que incluyen GOS como prebiótico, disminuyen el pH intestinal (una disminución en el pH intestinal, disminuye la cantidad de microorganismos potencialmente patógenos) y aumentan tanto el ácido acético como la población de Bifidobacterium, mejorando también la consistencia fecal y la frecuencia de defecación.
Sin embargo, la incidencia de infecciones y manifestaciones de alergia no se vieron afectadas, por lo que se necesitan ensayos adicionales, potencialmente en grupos de riesgo, para verificar si la adición de prebióticos a las fórmulas infantiles tiene un efecto preventivo sobre el sistema inmune infantil.
Como conclusión: La microbiota intestinal del recién nacido y hasta los 2 años, es muy dinámica, y en ella intervienen muchos factores, (la microbiota intestinal materna, el modo de parto, la lactancia materna, los antibióticos, los prebióticos) que a su vez determinarán la salud del niño en un futuro, al influir en su IMC y en el estado inmunológico.
En esta crucial etapa, el mejor alimento es la leche materna, y en el caso de no ser posible, se debería elegir la leche de fórmula adaptada a su edad y enriquecida en prebióticos (FOS o GOS) para “alimentar” a su microbiota, sobre todo a las Bifidobacterias y obtener los beneficios comentados!!!
BIBLIOGRAFÍA:
- Sierra, C., Bernal, MJ., Blasco, J., Martínez, R., Dalmau, J., Ortuño, I.,… & Román, E. (2015). Prebiotic effect during the first year of life in healthy infants fed formula containing GOS as the only prebiotic: a multicentre, randomised, double-blind and placebo-controlled trial. Eur J Nutr. 54, 89–99.
- Forbes, J., Azad, M., Vehling, L., Tun, H., Konya, T., Guttman, D.,… & Kozyskyj, A. (2018). Association of Exposure to Formula in the Hospital and Subsequent Infant Feeding Practices With Gut Microbiota and Risk of Overweight in the First Year of Life. JAMA Pediatrics. 172(7), 1-11.
- Stanislawski, M., Dabelea, D., Wagner, B., Iszatt, N., Dahl, C., Sontag, M.,… & Eggesbo, M. (2018). Gut Microbiota in the First 2 Years of Life and the Association with Body Mass Index at Age 12 in a Norwegian Birth Cohort. Clinical Science and Epidemiology .9 (5), 1751-68
Autora: María Fernández Casado



Muy buen post, aún hay mucho desconocimiento sobre la lactancia, nuestro papel es fundamental para que el proceso se adapte a las circunstancias de cualquier madre y su bebé
ResponderEliminarMuy interesante!
ResponderEliminarQue desconocimiento hay en la sociedad respecto a los beneficios de lactancia materna. Desde luego debemos fomentarla
ResponderEliminarLa naturaleza es sabia, pero queda claro que gracias a las investigaciones cada vez estamos mas cerca de esa sabiduría
ResponderEliminarMuy interesante. Gracias por la información.
ResponderEliminarComo madre de dos niños los cuales han sido y siguen siendo lactantes me ha resultado un artículo muy interesante, que reafirma mi idea de que como la leche materna no hay nada. La naturaleza es muy sabia y por ello cada animal (bebé) toma la leche de su mamá y no leches artificiales.
ResponderEliminarMuy buen artículo, y muy interesante, la leche materna es la mejor forma de alimentar al bebé .
ResponderEliminarMuy interesante este post sobre la importancia de la leche materna. Por mucho q lo intentemos, no se puede ”copiar” un alimento fruto de la evolución de millones de años. Aprovecho para felicitar a la aurora la por su claridad a la hora de escribir y hacernos fácil la comprensión de este tema, aportando el aval de diferentes artículos científicos recientes.
ResponderEliminarSuper interesante!!!.....muchas gracias por esta gran información!!!!!....la naturaleza es sabia!!!
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